|
LA OTRA MENTIRAPor LIC. FRANCISCO FLORES LEGARDA, 2025-07-17 02:23:36
“La mentira puede ocultar a la verdad, pero no puede destruirla. Jodorowsky En todas la mañaneras del pueblo la presidenta tiene una constante fijacíon: “Si tienen pruebas que las presenten”. Es decir le deja – la carga de la prueba a los periodistas – las acusaciones que se hacen a su gobierno, ¿cuáles?, las que sean Es decir si los ciudadanos y periodistas tenemos la obligación de denunciar de lo contrario no se investiga. Olvida la presidenta, más bien no sabe o su asesores no le han dicho, que la Constitución es clara en establecer que cualquiera que conozca de la comisión de un delito tienen la obligación de denunciar ante las autoridades, ¿Quiénes son? Ellos mismos. Entonces para que pruebas si no van a investigar. Se viene una nueva temporada de campaña para elecciones de alcaldes y gobernadores en el país. Ciudadanos, instituciones académicas, candidatos, medios de comunicación, el aparato estatal, entre otros actores, son llamados a reflexionar sobre su responsabilidad en la erradicación de un fenómeno común en la democracia: la mentira política. Es necesario plantear la necesidad de dar una mirada seria a la concepción de la mentira en la democracia y al papel que desempeña entre las personas y en las instituciones, más ahora cuando tenemos un supraestado. Morena. La definición tradicional de mentira (una persona le dice a otra algo falso con la intención de que esta última crea que lo que se le dice es verdadero) es insuficiente para comprender la mentira que suele tener lugar en el ámbito político. La definición tradicional no cubre ciertos casos de mentira, muy comunes en las democracias. Por ejemplo, cuando los políticos salen en los medios de comunicación afirmando hechos que la audiencia sabe que no son ciertos. No cubre tampoco otros casos en que el político dice mentiras, no con el ánimo de engañar, sino con la intención de levantar ciertas emociones o para producir ciertos efectos en actores. Esta clase de mentira no solo transmite creencias falsas, sino que fractura la confianza social y estropea la calidad de las discusiones sobre los problemas que afectan a la sociedad. ¿Es eficiente la mentira política?, la mentira no se limita a la intencionalidad del mensaje proferido o al autoengaño, sino que más bien implica que lo dicho allí produce “efectos de verdad”. Hay muchas mentiras en la política, pero me interesa saber por qué creemos más en unas o en otras y cuál es la eficacia de este tipo de engaño. Uno de los planteamientos centrales en su reflexión es por el ‘quién’, entendido como el individuo que emite mensajes mentirosos o ‘contraverdades’, hasta el receptor como validador o ‘creyente’ del mensaje. En consecuencia, y pese a sus efectos en el lazo social, cada vez parece más difícil responsabilizar a una persona o a un grupo por la palabra enunciada. En política no solamente es relevante la capacidad para decir algo que es realmente cierto o falso, sino la capacidad de determinar la mejor manera para que lo cierto aparezca como cierto o para que la mentira opere como mentira, y también la capacidad para determinar las posibilidades interpretativas de la comunidad o comunidades con las que se interactúa. En una democracia, ¿sobre quién recae la responsabilidad de evitar y corregir los perjuicios que causan las mentiras políticas? La responsabilidad es tanto de quien emite la información como de quien la recibe. Se cree que cuando los políticos les mienten a los ciudadanos están transmitiendo información a una masa más o menos ignorante”. Cuando se reflexiona sobre la mentira en política no se presta mucha atención a cuál es la responsabilidad que tiene la audiencia como receptora de la información que recibe de los políticos. Debemos cuestionarnos los lugares comunes y las comprensiones triviales del fenómeno del engaño, aclarando que el análisis de este tema no se debe reducir a un esquema simple de oposición entre verdad y mentira, y debe tomar en consideración puntos intermedios. “El filósofo Jacques Derrida muestra cómo los medios de comunicación producen un efecto de verdad. Más allá de que haya una verdad sustancial, cuando se reproduce una noticia ya hay un efecto de verdad, independientemente de que lo sea o no”, aclara. Además del papel de los medios de comunicación, este docente explica que los ciudadanos tienden a replicar ciertos puntos de vista de otras personas con quienes sienten empatía, los puntos de vista de aquellas personas que hacen eco a sus pensamientos, lo que se hace particularmente evidente en las redes sociales. El ejercicio de la democracia siempre está latente el peligro de la mentira, la cual puede ser más dañina para este sistema político. Hay alternativas a la democracia, pero no son las mejores si queremos defender valores como la libertad de prensa y la igualdad. No hay que desestimar el poder crítico de los individuos. La relación entre democracia y verdad se debe volver a repensar, cuestionando las aproximaciones superficiales al asunto y teniendo en cuenta los aportes que puede hacer el pensamiento filosófico, que, como queda demostrado por ellos, intenta acercarse a los problemas de los ciudadanos. Cual es el sentido de atender a las mañaneras del pueblo, cuando todo se vuelve un dialogo de mentiras entre periodistas afines y funcionarios sentados esperando una palmada en la espalda. Basta con la presentación del cholocale del bienestar, con sus tres sellos, pero que si son nutritivus, pero no los del pasado. Recuerdo a lo de mi generación que por las mañanas nos daban un almuerzo bastante nutritivo, pero como eran convervadores en consecuencia son comida chatarra. Recuerdo el masapan. Salud y larga vida Profesor por Oposición de la Facultad de Derecho de la UACH. X profesor_F ![]() ![]() |
Sitio desarrollado por Exosfera.com |