General Electric busca crear una compañía de energía líder en el mercado a medida que se divide en tres. Pero se enfrenta a una dura competencia de rivales que también reposicionan sus negocios para sacar provecho del auge global de las energías renovables.

GE dijo hace unos días que planea crear un nuevo negocio independiente que se escindiría alrededor de 2024 y combinaría sus unidades existentes que hacen turbinas eólicas, turbinas para plantas de energía tradicionales y sus negocios digitales. Tal compañía se convertiría instantáneamente en un jugador importante en el espacio de producción de energía, posicionada para prosperar a partir de una transición acelerada a fuentes de energía más limpias en medio de la preocupación por el cambio climático, mientras continúa vendiendo turbinas de gas natural en gran parte del mundo.

La compañía eléctrica de GE entraría en un campo abarrotado que incluye negocios renovables similares escindidos por su rival industrial alemán, Siemens, y poderosos actores chinos como Xinjiang Goldwind Science & Technology. Solo unos pocos grandes ganadores surgirán de esta competencia en curso por la supremacía, dijeron analistas.

“A nivel mundial, la competencia definitivamente está aumentando, es una lucha”, dijo Shashi Barla, analista principal de la cadena de suministro y tecnología eólica global en Wood Mackenzie, una firma de investigación y consultoría. Estima que los cinco principales actores en el ramo de turbinas eólicas dominarán 75% del mercado mundial a finales de esta década, y algunas empresas más pequeñas posiblemente desaparezcan o sean absorbidas por las más grandes.

Cambiar el negocio energético ha sido una prioridad para Larry Culp, el presidente ejecutivo de GE, quien está tratando de superar el historial de errores de gestión de la empresa y las costosas adquisiciones de rivales de fabricación de turbinas que no dieron resultados. Una adquisición en 2015 de los activos de energía de la francesa Alstom resultó en un cargo de 22 mil millones de dólares tres años después.

“Nos hemos centrado intensamente en mejorar el rendimiento operativo en estos negocios”, dijo Culp, y agregó que el negocio de la energía tendrá la menor cantidad de deuda de las tres divisiones a medida que salga.

Aunque GE ha logrado algunos avances en la renovación de su unidad de energía, los analistas dijeron que sigue siendo la más débil de las tres empresas que surgirán del otrora poderoso conglomerado, que también planea separar sus negocios de aviación y atención médica.

GE reportó una pérdida operativa de 484 millones de dólares durante los primeros nueve meses del año en el ramo de energías renovables y una ganancia operativa de 416 millones de dólares en energía, de acuerdo con documentos financieros. Esas unidades juntas tuvieron alrededor de 33 mil millones de dólares en ingresos en 2020. Su división digital registró alrededor de mil millones en ingresos el año pasado.

“De los tres negocios de GE, este es más difícil”, dijo Joshua Aguilar, analista de acciones de Morningstar. “Dicho esto, es un negocio esencialmente difícil para todos”.

Los fabricantes de turbinas eólicas, incluido GE, están lidiando con muchos vientos en contra a corto plazo que han hecho mermar los rendimientos, desde retrasos en los puertos relacionados con la pandemia hasta preguntas sobre el destino de los créditos fiscales pendientes en el Congreso.

Los problemas en los puertos y los crecientes costos de materiales, como el acero y las resinas, han afectado su capacidad para entregar turbinas eólicas a tiempo y dentro del presupuesto. Los costos logísticos se han disparado para mover las palas de las turbinas, que se extienden más de 200 pies para las turbinas eólicas terrestres y tanto como un campo de fútbol para las marinas.

Una escisión en 2024 le daría a GE unos dos años para demostrar que el negocio de la energía puede ser rentable por sí solo. Sus rivales ya se han movido en direcciones similares.

Siemens está por delante de GE en la escisión del negocio de energía eléctrica y eólica. En 2017, Siemens, que luchó por hacer rentable su negocio de turbinas eólicas, fusionó sus operaciones con la española Gamesa en un acuerdo que creó uno de los jugadores del ramo más grandes del mundo. El acuerdo coronó una serie de fusiones en la industria eólica en ese momento, después de años de exceso de capacidad de fabricación y mejoras tecnológicas que redujeron los márgenes para los fabricantes.

El año pasado, Siemens escindió Siemens Energy, que ahora posee 67% de Siemens Gamesa, como parte de su impulso para centrarse en las industrias digitales y la infraestructura inteligente, que suelen ofrecer mayores márgenes.

Gran parte del potencial de crecimiento de GE en energías renovables radica en la construcción de turbinas para la energía eólica marina y la prestación de servicios de mantenimiento. La administración de Joseph R. Biden se prepara para abrir franjas de la costa de Estados Unidos a proyectos eólicos, como parte de un plan para impulsar la producción de energía limpia.

Los analistas dijeron que GE podría captar una gran parte del mercado para proyectos offshore en Estados Unidos. Su turbina marina Haliade-X es la más potente del mercado y se instalará en Vineyard Wind, un parque eólico de 800 megavatios cerca de Martha's Vineyard, Massachusetts, así como en Dogger Bank, un proyecto offshore que se está construyendo en Reino Unido.

GE tiene “la pole position de primera fila para capturar la mayor parte de eso”, dijo Nick Heymann, analista de William Blair & Co.

Su negocio de redes podría ser impulsado por el paquete de infraestructura de aproximadamente un billón de dólares aprobado por el Congreso hace unas semanas, que incluía fondos para mejorar el envejecido sistema de distribución eléctrica del país. La telaraña de líneas eléctricas que suministran electricidad en todo el país ha demostrado ser vulnerable a las tormentas extremas e incendios, y el traslado de nuevas energías renovables de áreas remotas a centros urbanos ha llevado a la congestión.

“Eso permitirá a GE estar muy involucrado en la actualización de todas nuestras líneas de transmisión de larga distancia”, dijo Heymann.

GE ha señalado al hidrógeno como un área potencial de crecimiento para su negocio de turbinas de gas. El hidrógeno se puede mezclar con gas natural para reducir la huella de carbono de una planta de energía, y GE planea un proyecto de demostración en el estado de Nueva York con la tecnología.

Scott Strazik, director ejecutivo de GE Power, escribió recientemente en LinkedIn sobre las turbinas de gas listas para el hidrógeno de la compañía y los esfuerzos para modernizar la red.

“Nuestra capacidad para cubrir estas tres áreas (eólica, gas y redes, además de fuentes libres de carbono como la nuclear y la hidroeléctrica) es única y presenta una oportunidad increíble para el futuro”, escribió Strazik.




Fuente: sentidocomun.com.mx