Durante el fin de semana, al tiempo que se cumplieron cuatro meses y medio desde que se detectó el primer caso de COVID-19 en México, el país se acercó a la barrera de los 300,000 contagios y siguió subiendo en la lista de naciones con más registros en términos absolutos.

Al corte de este domingo, los casos confirmados acumulados cerraron en 299,750 y la cifra de personas fallecidas llegó a 35,006, números que son muestra de que la epidemia sigue viva en el país, según lo reconocen las propias autoridades.

Sin embargo, donde hay contraste es en los puntos de vista sobre la evolución del COVID-19 en el país. Por un lado, desde el gobierno federal se envían mensajes que resaltan el desaceleramiento de los contagios; por ejemplo, el presidente López Obrador aseguró este domingo que la incidencia crece solo en nueve de las 32 entidades de la República. Por el contrario, desde la oposición, partidos como MC y el PRD afirman que no hay control sobre la situación e incluso exigen la renuncia del subsecretario Hugo López-Gatell.

Ayer, en la conferencia de prensa de la Secretaría de Salud, el funcionario acusó que hay quienes difunden señalamientos alarmistas que no ayudan en la atención de la epidemia. Dijo también que debe haber colaboración entre autoridades de todos los niveles, aunque desde estados y municipios se advierte que es el propio Ejecutivo el que no favorece el espíritu colaborativo.





Fuente: mailchi.mp