José Luis Castillo se acercó al escenario vestido con una lona en forma de mandil con el rostro de su hija Esmeralda, desaparecida en mayo de 2009 cuando se dirigía a la secundaria.

"Señor, ¿cuándo nos va a recibir?", le reclamó a Javier Corral, gobernador de Chihuahua, una vez que subió al templete. "Ahorita mismo, terminando los foros", le respondió el panista.

Sabedor de que en otras ocasiones les ha hecho la misma promesa, José Luis iba preparado con una libreta y pluma, y comprometió al mandatario a atender su caso con una firma.

Su intención ni siquiera fue saludar a Andrés Manuel López Obrador, narra a ADNPolítico, sino exigir que alguien le explique qué pasó con su Esmeralda.

Antes y después de que el papá de Esmeralda visibilizara su rostro frente a las cámaras, hubo gritos de otros familiares de víctimas que buscan justicia.

"¿Quién me va a devolver a mi hija?", "¡Queremos justicia!", "llevamos años con lo mismo", fueron solo algunas de las demandas que resonaron.

Madres que llevan hasta una década buscando a sus hijos, familiares de alguien que quedó dañado por haber sido torturado e inculpado por algún delito, parientes de jovencitas víctimas de trata, entre otros, acudieron con la misma esperanza: "¡Justicia ya!".

Afuera del teatro, entre quienes no pudieron acceder al foro escucha, la exigencia fue la misma con la diferencia de que se quedaron con las ganas de exponer sus casos, de manera directa, a López Obrador.

Profesores de la UACJ que acusan desvíos de recursos, campesinos de Ciudad Juárez que requieren de una vivienda, grupos en contra del aborto, fueron algunos de los sectores que se quedaron afuera y siguieron desde una pantalla los discursos inaugurales.

Cuando el futuro secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, mencionó la presencia de Corral, hubo rechiflas. Algunos jóvenes gritaron "represor".

Cuando al panista le tocó ofrecer coordinación con el futuro gobierno federal para lograr la paz en Chihuahua, llegaron nuevamente los reclamos: "no te creemos Corral".

La petición para AMLO
Rosalinda Guadalajara, segunda gobernadora de la comunidad Rarámuri, también consiguió hacerse escuchar por quienes encabezaron el inicio de esta serie de encuentros. A diferencia de José Luis, ella no se dirigió a Corral sino a López Obrador.

"Nos costó mucho llegar hacia usted, pero aquí estamos", le dijo Rosalinda antes de entregarle un documento con una serie de peticiones como el apoyar a los grupos indígenas para estudiar y darles acceso a un plan sanitario que incluya operaciones y no sólo consultas médicas.

También le hizo ver que es importante que los grupos étnicos tengan espacios en los cabildos como en Ciudad Juárez y Chihuahua, con el fin de que expongan de manera directa sus necesidades.

En respuesta, López Obrador le prometió designar a una persona especial para dar seguimiento a sus peticiones.

Después de hora y media, el virtual presidente y el gobernador de esta entidad, abandonaron el teatro, en medio de gritos de un grupo de jóvenes que exigieron un alto a los asesinatos y a la trata de jóvenes.