En 35 años, las muertes por diabetes aumentaron casi 600% en México. De tener 14 mil 626 defunciones en 1980, para 2015 se tuvieron 98 mil 521 decesos, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud federal (SSa).

Las cifras hablan por sí solas: nueve de cada 100 adultos en nuestro país tienen diabetes y tres de cada 20 muertes de mexicanos son ocasionadas por la misma enfermedad.

El mayor salto de las muertes por diabetes ocurrió en la década de 2000 a 2010. Mientras que en 2000 se registraron 46 mil 614 defunciones, 10 años después se contabilizaron 82 mil 964.

La proyección en prevalencia de diabetes para 2016, realizada por Instituto Nacional de Salud Pública, era 10.6%, sin embargo, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino detectó que la prevalencia es de 9.4%, es decir, hay una desaceleración del padecimiento.

En noviembre de 2016, al considerar que la diabetes y la obesidad han matado más gente que cualquier otra enfermedad en el país, se emitió la alerta epidemiológica para ambos males.

Con el lanzamiento, se pidieron acciones muy concretas a las entidades, que se sumarían a lo que ya realiza la SSa y las dependencias estatales.

El director de Prevención y Control de Enfermedades de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ), Tizoc Vejar Aguirre, informó que la indicación de la Federación desde entonces fue dirigida a la atención, tratamiento y seguimiento al paciente.

“Nos pidieron abasto de medicamentos, garantías de prueba de laboratorio, todo lo que es mercadotecnia en salud, el índice de calidad de la atención al paciente diabético… esas son las acciones federales que nos están solicitando, aparte de las que hagamos nosotros” explicó.

Falta apego de los pacientes al tratamiento

Tras el incremento en la realización de tamizajes en el Estado para detectar diabetes, en gran parte de los 654 centros de salud de Jalisco se detectó otro aspecto importante: no más de 70% de las personas que viven con diabetes tienen apego al tratamiento.

Pese a las estrategias de información para el autocuidado de la salud y el mejoramiento de hábitos alimenticios, sigue existiendo esta situación, lamenta el director de Salud Pública de la Secretaría de Salud (SSJ), Jorge Manuel Sánchez González.

“El problema que tenemos con los pacientes es el desapego terapéutico. Los pacientes se saben diabéticos, pero como no duele, no le hacen caso y se enfrentan a los alimentos de alto contenido calórico”.

El dato de que 30% de las personas no saben que tienen la enfermedad, coincide con el número de personas que acuden al médico cuando ya tienen un daño orgánico, disminución de agudeza visual, problemas del riñón o una úlcera complicada, sin saber siquiera que todo es una consecuencia de la diabetes que desconocen que tienen.

“Lo importante de este tamizaje es saber si se cuenta o no con la enfermedad, para en ese momento intervenir con tratamiento, con dieta, y de esa manera evitar las complicaciones”.

EXISTE POCA CULTURA EN EL USO DE ESTE FÁRMACO
Insulina de última generación ofrece mejor calidad de vida

Se estima que sólo dos de cada 10 pacientes con diabetes utilizan insulina como parte de su tratamiento, una cifra baja al hacer cuenta de los 11.4 millones de adultos que padecen la enfermedad en México y que causa 98 mil muertes anuales, advierte el coordinador del Hospital Universitario de Nuevo León, Fernando Lavalle.

“Existen muchos mitos que evitan el uso de la insulina. México es de los países con menos insulinización”.

El laboratorio Sanofi lanzó una nueva insulina denominada Glargina U300, que recibió la autorización por parte de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) en agosto pasado.

Se trata de una versión mejorada de la Glargina U100, la primera insulina basal utilizada en México y que está en todos los cuadros de salud.

Entre los beneficios del medicamento está que tiene 30% menos probabilidades de que los pacientes sufran hipoglucemias, es decir, la glucosa por debajo del límite normal y que redunda en un problema mayor.

“En lugar de ser 100 unidades en un mililitro de líquido, ahora tenemos 300 unidades en un solo piquetito… se requiere poner menos volumen y hace que sea más estable la absorción”.

Actualmente sólo se encuentra en el ámbito privado y su presentación es una especie de pluma desechable, sencilla de utilizar, con un toque suave y menos trabajo y riesgo al poner la dosis.

Aunque está comprobado que ayudaría a niños y adolescentes con su diabetes, todavía está en análisis el que pueda ser utilizada en estos grupos poblacionales. Ambas insulinas cuestan lo mismo y su utilización depende de cada caso.

Es más peligroso si se presenta en la juventud

Cuando la diabetes se diagnostica en edades tempranas, se manifiesta de forma más grave en la adultez.

El jefe del Servicio de Endocrinología del Nuevo Hospital Civil “Dr. Juan I. Menchaca”, Guillermo González Gálvez, explica que si una persona joven presenta el problema quiere decir que el defecto es más importante por la carga genética que tiene.

“Puede ser que ambos padres tienen diabetes y hay mucha obesidad en la familia. Esas personas, cuando se les hace el diagnóstico entre los 20 y 30 años, generalmente responden a pastillas, pero son personas que a los tres o cuatro años requieren tratamiento con insulina”.

Esto habla de que el deterioro de las células que producen insulina en el cuerpo se deterioran rápidamente, comparado con alguien al que la diabetes le llegó en edades mayores.

El médico lamenta que en los últimos años la enfermedad haya aumentado de manera considerable, lo cual se refleja en el número de consultas que recibe el Servicio de Endocrinología.

El común denominador de los pacientes es la obesidad, tienen familiares con diabetes, llevan una vida sedentaria y se alimentan mal.

“Hace cinco años, a la semana veíamos cuatro o cinco casos, ahora vemos dos o tres nuevos diario y eso habla de un incremento muy importante en la frecuencia de diabetes”.