De veras no me lo explico, con lo hocicón que soy, no tengo ni idea de cómo nombrar estas líneas. ¿Cambiar de caballo a mitad del río? ¿Los desfiguros del Consejero del Estado, Jorge Espinoza? ¿La locura se apoderó de Palacio? ¿El Palacio del Perro? ¿Misión Imposible? ¿0 a 3? Neta, yo no sé

¿Por qué lo de cambiar de caballo a mitad del río? Porque si el Gobernador Corral suele montar seguido en Cólera (su caballo favorito hasta el pasado viernes), de aquí en delante va a tener que montar en Azoro, en Rabia y en la yegua Impotencia. Por eso, no dude, gentil lectora, amable lector, que el Gobernador termine por bajarse del “Caballo Lozoya” para subirse al carro de MORENA, aunque sea en el pescante, de cochero. ¿Por qué lo de los esperpénticos desfiguros del cuerpo dioquis del Consejero del Estado, Jorge Espinoza? Porque el viernes, de lo que da cuenta la fotografía que acompaño estas líneas, en pleno Juzgado Cuarto de Distrito, el licensapito Glo-glo-gló, sin personalidad jurídica ni representación legal y pasándose por el arco del triunfo la supuesta autonomía de la Fiscalía General, amenazó a diestra y siniestra al personal del Juzgado para que le entregaran la resolución que negó la suspensión definitiva a María Eugenia. ¿Se la entregaron? No. ¡Laaaaaastima liencisapito! ¿Y lo de la locura se apoderó de Palacio o El Palacio del Perro? Porque luego de saber los alcances de la resolución que concedió la suspensión temporal a Maru, el Gobernador Javier Corral enloqueció, se orinó por los rincones (y en la Ley) y le entregó su alma al Diablo exigiendo, por picudos intermediarios, que el Juez Cuarto de Distrito se desdijera de su resolución previa. Lo que ocasionó el ridículo del licensapito Glo-glo-gló, quien pretendió imponer, a golpe de amenazas y desfiguros, la Ley que priva en Chihuahua desde el 2016 y hasta el día de hoy; a saber, como la tienda departamental: ser “totalmente Palacio”. ¿Misión Imposible o cero y van tres? Porque, con este, van tres intentos fallidos en eso de perseguir a Maru y, ahora sí, tejones mi buen, porque la Maru llega al 24 de enero más fuerte, más empoderada, más libre y más sonriente que nunca. Como el miedo no anda en burro, y sabedor de sus alcances gansteriles, desde estas líneas hago responsable al licensapito Glo-glo-gló de cualquier accidente, ataque o percance que pueda sufrir el suscrito, pues así se las gasta el disque Consejero Jurídico del Estado, de lo que el Juzgado Cuarto de Distrito en pleno es testigo. Contácteme a través de mi correo electrónico o sígame en los medios que gentilmente me publican, en Facebook o también en mi blog: https://unareflexionpersonal.wordpress.com/ Luis Villegas Montes. [email protected], [email protected]