Para hacer ver las consecuencias negativas de una acción de alguien, la sabiduría popular de otro tiempo acuñó la frase “con su pan se lo coma”, a manera de advertencia. Eran los tiempos en los que había sabiduría popular y un mínimo de reflexión sobre las cosas, los acontecimientos y las personas…había manera de ejercitar una mínima capacidad de raciocinio, pues la persona no se veía, como ahora, saturada de información que suplantara o inhibiera su ejercicio de análisis.

Pero aunque ahora hubiera menos personas que usen su capacidad de raciocinio en vez de atenerse a las opiniones prestadas de los medios de comunicación de masas o de las redes sociales, sin pasarlas por un mínimo de discernimiento, sigue teniendo validez el dicho anterior y hoy, como ayer, podemos decir, sobre todo a los miembros activos del partido Acción Nacional que si, en el colmo de la desesperación que viven por ver como el partido se les atomiza y vuelve agua, deciden llevar a la presidencia nacional del mismo a Javier Corral, allá ellos con las consecuencias y, desde luego, que CON SU PAN SE LO COMAN. Aspirar a dirigir el partido albiazul en los tiempos que corren, puede hacerlo cualquiera…sobre todo cualquiera que no tenga dos dedos de frente ni un mínimo de pudor, pues el río revuelto en el que se ha convertido este partido oposicionista es escenario que ni mandado a hacer para la ganancia de pescadores oportunistas y convenencieros. Son pues los tiempos para individuos gandallas como Javier corral. Opiniones que todavía buscan que el PAN recupere la cordura y vea con sinceridad lo que le pasa, para que aplique el remedio adecuado a sus males, admiten sin reservas que la dolorosa derrota tenida por este partido en la pasada contienda electoral, en Chihuahua, contiene dos elementos clave: a) que se trata de una derrota que la realidad les venía diagnosticando desde tiempo atrás, pero que nadie quiso tomar en serio y b) que la situación creada para esa derrota estaba a cargo de las dirigencias del partido. Esta opinión signada, entre otros, por un ex líder estatal como Cruz Pérez Cuellar, podría aplicarse con todas sus implicaciones al partido a nivel nacional. De lo anterior se deduce que lo que AN necesita es trabajo serio, consideración sincera de sus fracturas y errores y, sobre todo, un liderazgo auténtico que no se pierda en la ambición del provecho inmediato. Nada de esto puede ofrecer Javier Corral a un vapuleado Acción Nacional. Entender por qué el llamado capo del plurinominalismo quiera ahora lanzarse a la lucha por la presidencia del CEN del PAN es fácil. Su proceder tiene como base lo siguiente: a) Javier Corral necesita un candelero desde donde brillar y lo necesita con urgencia. La presidencia de AN le daría, cuando menos, presencia nacional que, buena o mala, a él le sirve para sus propósitos de autopromoción. Ya en estos momentos atrajo reflectores con el solo anuncio de su intención…ya cobró la primera factura de notoriedad a un adolorido PAN, solamente con anunciar que buscará la presidencia. b) Significa lo anterior que ha visto ya perdida su esperanza de lograr algo a partir del engendro llamado Unión ciudadana que en su momento capitalizó a favor del ruido mediático y la ganancia preelectoral que, dicho sea de paso, resultó un sonado fracaso. En tal virtud ahora la abandona, dejando colgados de la brocha a Víctor Quintana y Jaime García Chávez, pues nada más francisco Barrio podría rescatarse, pues éste no ha dado pruebas de que le moleste ser ahora comparsa de Javier Corral, después de haber sido su protector y maestro. c) Que, con su decisión, da la razón a los pronósticos de Cruz Pérez Cuellar y concuerda con él en dar por perdidas las próximas elecciones para gobernador en el estado de Chihuahua…por lo mismo se quita de la carrera preelectoral para esta posición y se refugia en su búsqueda de la presidencia del CEN del PAN. Como puede apreciarse, esta jugada en forma de fuga en fa bemol le pone a cubierto del ridículo de pretender alcanzar lo inalcanzable: ser gobernador de Chihuahua. Otra ganancia de esta jugada Corraleña es que, aún perdiendo en la contienda para presidir el PAN, saldría ganando en menciones en la prensa y, por otra parte, estando las cosas como están en ese partido, hasta perder la oportunidad de dirigirlo viene a ser provechoso para quien piensa solamente en su propio beneficio. Sabe el PAN que su momento no es el mejor y entiende, aunque pocos de sus miembros lo admitan abiertamente, que necesita de una reorganización interna y, sobre todo de un liderazgo auténtico que, entre otras cosas, le haga retomar el camino de las causas del pueblo de México, en vez perseguir el poder por el poder mismo… y le queda muy claro a quien quiera considerarlo, que Javier Corral es lo que menos conviene en el tiempo presente. Pero si optara por llevar al plurinominal a su dirigencia, el panismo estaría cavando su propia tumba y además de hacerse merecedor a la frase; con su pan se lo coma, le vendría muy bien aquella otra que dice: “el que por su gusto muere… hasta la muerte le sabe”.