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LAS MANOS SUCIASPor LIC. FRANCISCO FLORES LEGARDA, 2025-04-25 02:38:43
“Cuando te acaricié me dí cuenta que había vivido toda mi vida con las manos vacías.”Jodorowsky Las encuestas sitúan a la clase política entre las profesiones peor valoradas. Siempre ha existido una clara desconfianza y animadversión hacia los políticos. Y, en cada periodo histórico, se piensa que su laxitud moral ha alcanzado la cota cumbre. En la actualidad, por los reiterados comportamientos que estamos presenciando, la opinión pública también tiende a opinar que ningún tiempo pasado fue peor. Esta afirmación puede tener algo de verdad si comparamos el cuadro de los políticos actuales con los de la Transición. No es fácil encontrar ahora dirigentes equiparables a aquellos que, en peores circunstancias, supieron anteponer el bien común a los mezquinos intereses personales o de partido. Esos políticos, con una buena formación o con el bagaje que proporciona un largo tiempo en el exilio o la lucha en la clandestinidad, no pueden tener parangón con algunos de los actuales, cuyos méritos desconocemos o, en caso de que los hayan alegado, se cuestionan por ser difícilmente objetivables. La relación entre ética y política ha sido siempre muy estrecha. La acción política debe apoyarse en valores tan importantes como la libertad, la justicia o la solidaridad. Por eso, desde antiguo ha existido una ética y una estética en la política. Pero, salvo en la filosofía clásica, donde se partía del principio de que la ética era inherente a los gobernantes, sobre todo en el pensamiento de Platón, en los momentos posteriores se ha solido pensar que la clase política es una hidra de mil cabezas que oprime y desangra a los ciudadanos. Maquiavelo subvirtió los planteamientos morales de la vida pública y ello ha servido para soslayar en numerosas ocasiones los más elementales cánones éticos. El pensador italiano reclamó, en términos que inequívocamente provocan escándalo, una concepción ética poco asumible por el ciudadano honesto: el príncipe -el gobernante- que quiera permanecer en el poder debe ser implacable y astuto; debe saber engaña y actuar con una crueldad calculada. Ya en el siglo XX, Jean Paul Sartre vino a confirmar esta línea de pensamiento. Y, por boca del protagonista de una de sus más célebres obras, pronunció estas famosas palabras: “Yo tengo las manos sucias, hasta los codos. Las he hundido en la mierda y en la sangre. ¿Y qué? ¿Acaso crees que se puede gobernar limpiamente?” Estos principios, por supuesto, son incompatibles con el espíritu de servicio que se espera del poder. Pero parece que siempre han estado presente en muchos hombres públicos. No sería correcto afirmar que la mayoría de los políticos mexicanos son deshonestos. Pero cada día recibimos muestras de la inmoralidad política cuando se utiliza el poder para enriquecerse o enriquecer a los suyos. Cuando la actividad pública se convierte en oficio y ambición. Cuando la mentira no tiene castigo, ni produce el más mínimo rubor en quien la práctica. Cuando no se predica en ni ética ni en estética y se carece de principios. Cuando se evidencia una absoluta mediocridad. El ciudadano siempre espera de sus representantes públicos que muestren una concepción más íntegra y dignificadora de la política. Se desea que actúen distinguiendo claramente lo que son intereses personales de los que son intereses del pueblo. En suma, se pide a los políticos una auténtica transformación de la vida pública, un rearme ético y un compromiso moral que sirva para revitalizar el sistema democrático. Los partidos, como principales agentes de la política social, debieran acometer esta transformación, pero en la actualidad van perdiendo paulatinamente su ideología. Se recluta a mercenarios para que redacten los programas electorales. El resultado es que las organizaciones políticas carecen de debate interno y que su ideología no nace en el seno de sus militantes, sino que se improvisa por extraños. Esto explica la superficialidad de la política actual, que hace que se legisle a golpe de ocurrencias, cuando no de despropósitos. Morenos hay les hablan, desde luego la “oposicion”. ¿Existe en México? La credibilidad de las instituciones democráticas de un país depende de muchos factores, pero, principalmente, de la confianza que los políticos generen en la ciudadanía. La actividad política debe regirse por criterios éticos o morales que sirvan para dignificar su función. Si no alcanzamos este objetivo, será difícil apartar de la mayoría de los ciudadanos la idea de que la política implica manos moralmente sucias. En estas semanas hemos estado escuchando propuesta de canditados a ocupar puestos en el poder judicial federal y local. Como lo hemos comentado tenemos hombre y mujeres que cumplen el perfil para estar frente a los ciudadanos e impartir justicia o cuando menos dentro de todos los margenes de ley. También tenemos personajes que nos conocen en los juzgados para sacar una copia de un expediente, es más no saben donde estan la oficinas. Continúo piensan que solo van a cobrar y que los sectarios de acuerdos elaboren las sentencias y solo estampar su firma. Con horario de nueve a tres y a su casa a mirar sus deportes favoritos. En este par de días me paso por la mente los secretarios que forman la escructura del Poder Judicial en el ambito local. Atrás de la palestra, abogados formados con una gran experiencia, inteligentes, que incluso puedan tener una calificación de siete en su promedio al egresar de las universidades, una calificación, maestrias, doctorados, diplomados no hacen a los impartidores de justicia, todo el dia de lunes a domingo siempre están en constante movimiento en los asuntos a resolver, los litigantes podemos estar de acuerdo o no con una sentencia, pero finalmente existen otras instancias jurisdiccionales para reclamar cuando se considera que un resolución afecta los derechos de los justiciables. Jueces sobre todo en materia penal por los procesos que llevan como ejemplo la privación de la libertad de un ciudadano por la comisión de un delito, no es cosa menor, tienen en sus manos la vida presente y presente de una vida, familia y sociedad. Esto motiva que los juzgadores tienen una gran responsabilidad ante las afectaciones que pueda sufrir una persona. Sobre este punto los juzgadores también tienen en sus manos la atención de niños, niñas y adolescentes que son sujetos que violan los derechos de estos, por lo que su intervención debe ser reacia, con aplomo, sin tener las manos sucias. ¿Los juzgadores electos las tendran? No se trata de ser puros y castos, es cumplir los requisitos de probidad, empatia, humanidad, respeto a los justiciales, litigantes y todo que reclame justicia. Es decir en donde abrevar. Retomo el tema funcionarios judiciales que por el motivo que sea al salir de las Facultades de Derecho con una baja calificación bajo ninguna circuntacia son menos de los que egresan de escuelas partículares. Estos seguro que ellos en su silencio, desempeño, tratando a un expediente como una persona, no como hojas. Tienen una clara formación con carrera judicial no como otros. En la reforma judicial si establecieron como regla un promedio de ocho como requisito. Sin tener la oportunida de “concursar” para ocupar cargos de mayor jerarquia. En lo que a mí respecta esto se valora más. Por otro lado, tenemos que los dineros son menores y dejan su vida en su trabajo e incluso tener tropiesos en su ambito familiar al trabajar casí todo los días de la semana. Aplaudo a todos los candidatos con calidad probada, espero que estas reformas a la Constitución para elegir a los juzgadores llegen a buen puerto. Pero sigo en mi postura, el lastre de la reforma a aprobada por Morena, es una mentada de madre, que dejo un mal ejemplo al mundo. Morena se apodero de la justicia. “Pero” viene los asegunes; El presidente de la Mesa Directiva del Senado Fernandez Noroña resulta que se acaba de dar cuenta de que hay candidados involucrados en la delincuencia organizada. Afirmo, tambíen estan copados en su mayoría por los partidos políticos, empresarios nacionales y extranjeros, interes del poder ejecutivo y legislativo. En fin no termino hay seguiremos platicando. Salud y larga vida Profesor por Oposición de la Facultad de Derecho de la UACH X profesor_F ![]() ![]() |
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