Petróleos Mexicanos logró reducir en tres mil 200 millones de dólares su deuda gracias a la inyección de capital de tres mil 500 millones que realizó en la empresa su principal y único accionista, el gobierno de México.

Con los recursos gubernamentales y con diversas acciones para reestructurar sus adeudos, la petrolera estatal logró además bajar en 10 mil 500 millones de dólares las obligaciones financieras de corto plazo que enfrentaría en este y los años venideros --algo que le brindará cierto respiro para poder concentrarse en sus actividades productivas y de inversión.

El refinanciamiento de la deuda estuvo enfocado, principalmente, en el intercambio de bonos con vencimiento en el corto y mediano plazo. En particular, Pemex emitió uno nuevo a 10 años que intercambió por deuda con vencimientos más cercanos.

“Todo un éxito el proceso de refinanciamiento de @Pemex. Se refrendó la confianza de los mercados en la estrategia de fortalecimiento financiero de nuestra petrolera estatal, que estamos llevando a cabo conjuntamente @Hacienda_Mexico y @Pemex”, escribió Rogelio Ramírez de la O, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a través de su cuenta de Twitter. Hacienda actuó como asesora financiera de Pemex.

El éxito de la operación lo midió Hacienda en la capacidad de las transacciones no sólo para extender sus vencimientos en moneda extranjera, sino también para bajar el costo de esa deuda, comprimiendo incluso el diferencial de tasa que hasta ahora venía pagando Pemex sobre la tasa del soberano, en 50 puntos base. La dependencia así estima un recorte al costo financiero de Pemex en 180 millones de dólares por año.

Las ventajas del programa de refinanciamiento de Pemex se sentirán más en el periodo que va de 2024 a 2030, agregó Hacienda en un comunicado, aclarando que la inyección de capital que dio a la petrolera para lograr la reducción y reestructura de sus adeudos en nada afectará las finanzas gubernamentales ya que ni ponen en riesgo el gasto público ni implican un recorte presupuestal.

“La instrucción del presidente de México es apoyar a la empresa petrolera, que es de todos los mexicanos, y al mismo tiempo mantener las finanzas públicas sanas y la deuda pública controlada”, dijo la dependencia en el comunicado.

Claro que a pesar de la reducción en el nivel de su endeudamiento o las menores tasas de interés que pagará a partir de ahora, Pemex sigue siendo la compañía petrolera con la mayor deuda del mundo, estimada en cerca de 110 mil millones de dólares, una pesada y problemática carga para esa compañía.

A inicios de diciembre, Hacienda dijo que la aportación patrimonial de tres mil 500 millones de dólares a Pemex era parte de la renovada estrategia de apoyo a la compañía estatal petrolera y ocurre al mismo tiempo en que el actual gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador pretende dar mayor peso tanto a Pemex, como a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la empresa eléctrica estatal, para regresar a manos del Estado el control de ambas industrias.

La apertura petrolera y energética en México tuvo lugar en 2013 y 2014 cuando el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto logró reformar la Constitución del país para abrir esas industrias a los capitales privados.

López Obrador, quien como opositor de Peña Nieto no está a favor de esa apertura, está ahora, como presidente, buscando revertirla parcialmente a fin de que Pemex y CFE dicten los espacios y las formas en cómo participarán los privados en esas industrias, algo que algunos analistas consideran que llevará eventualmente a que los particulares pierdan interés en invertir en esos dos sectores, en detrimento del crecimiento económico del país.

El mandatario incluso ya ha promovido algunas reformas legislativas vinculadas al sector, pero que han sido rechazadas por las cortes al considerarlas inconstitucionales, por lo que el año pasado propuso una reforma para devolver a las empresas estatales el control de sus industrias. No es claro si esos cambios podrán proceder o no, ya que el presidente carece de suficientes votos para reformar la Constitución luego que su partido y sus aliados perdieron representatividad en la Cámara de Diputados, mientras que al parecer no cuentan tampoco con suficientes votos para una reforma de esa envergadura en la Cámara de Senadores.

El refinanciamiento de la deuda de Pemex ocurre a menos de un mes de que la petrolera presentó también un plan de inversión de 1.1 billones de pesos (53 mil 700 millones de dólares) en los próximos tres años, como parte de su plan para alcanzar, lo que López Obrador denomina, autosuficiencia energética y con la cual Pemex dejaría no solo de exportar crudo sino también de importar combustibles porque se producirían en el país.

Bajo ese plan, Pemex espera alcanzar una plataforma petrolera de dos millones de barriles diarios para 2024, así como una producción de 858 mil barriles diarios de gasolina y 542 mil barriles por día de diésel.

La visión de López Obrador de tener un sector energético regido por el Estado ha sido criticada por especialistas y diversas organizaciones ya que con él se dará una asimetría regulatoria que pone en desventaja a los privados, lo que además de no fomentar una competencia que convenga a los consumidores, tampoco parece que hará suficiente para hacer más eficientes a las energéticas estatales.




Fuente: sentidocomun.com.mx