Cuando le hicieron “un cuatro” a mi hija V. Fabiola; como siempre los agresores dejan pistas; nunca pensaron que todo cae sobre su propio peso. Por eso la fiscalía recurre al abreviado, donde no solo salen libres de culpa, sino que además le sirven para sus estadísticas en su “exitosa” función como procurador de justicia; pero las cosas no siempre les salen bien.

Las cosas siempre se complican para las víctimas cuando no hay recursos para una adecuado defensa; ahí es donde los agresores; sobre todo de género; ven la posibilidad que su embestida se lleve a cabo con total impunidad; por razones inexplicables los abogados que iniciaron la defensa renunciaron a la misma sin notificarnos; supongo que por diferencias entre ellos; que las hay por cuestiones políticas; lo cierto que el amparo tronó por falta se seguimiento y entró al quite la defensoría de oficia argumentando, entre los oficiosos como profesionales.

Sin embargo, cuando se pidió el sobreseimiento del caso la licenciada Berenice Reyes Pasos, Defensora Pública Federal, simplemente no movió un dedo dejando prácticamente sin defensa a la víctima; porque jurídicamente será imputada pero humana y socialmente es una víctima.

Creyendo que el caso se había “cerrado” después de un año nos damos cuenta que sin más llega la famosa audiencia intermedia, cuya razón por la pandemia se había dilatado, pero esa misma benevolencia no se dio para la presentación de pruebas; o sea la defensoría de oficia pavimento el camino para que la fiscalía sin ningún obstáculo pudiera cómodamente ofrecer el abreviado y que en caso de no aceptarlo se podría estar en riesgo de tener la máxima pena por parte del juez en turno.

Lo cierto que es un caso donde la causa política es inocultable; en una historieta donde se acusa a mi hija amenazar con una pistola a un joven; acompañado de otro más; y que él la desarma y sale corriendo “despavorido” pidiendo ayuda; en unos cuantos minutos llegó la policía municipal a detener a la joven señalada de portar el arma con la única prueba de la acusación de quien en realidad portaba el arma.

No hay un solo elemento que pruebe que el arma estuvo en posesión de mi hija más que la declaración de la supuesta víctima que sí estaba en posesión del arma y que en el Informe Policial Homologado (IPH) la policía reconoce que él se la entregó; lo cierto que a la supuesta víctima no se le detuvo como debió ser y los policías municipales se adjudicaron el derecho de ser juez y parte.

La aparición de videos a simple vista podría parecer que mi hija es culpable y se ufanaba de tener los videos como pruebas, pero el montaje no les ayuda en nada para demostrar que mi hija tuvo en algún momento el arma en posesión, sin embargo la policía municipal sí sabe quién tenía en posesión esa arma; que incluso momentos antes fue detonada ¿Por qué la policía municipal y sus jefes, el ministerio público federal y el ex delegado de la Fiscalía General de la República, Pavel Humberto Nuñez Moreno, lo callaron y lo omitieron? Se deben hacer público los videos.

Una historia donde seis hombres se articulan para dañar a una joven de 19 años ¿No es esto una evidente agresión de género? Claro, pero faltan otros hombres y sus nombres, estos sí con absoluto poder que podría ver intervenido y en base a la ley y la justicia podría ver evitado la judicialización; pero esa no era su tarea.

El daño psicológico que han ocasionado a mi hija es de gravedad; no tiene ningún historial que les permita decir que estuvo involucrada en algún suceso violento, no tienen ninguna posibilidad de demostrar que en algún momento tuvo en posesión esa arma; sin embargo, si se puede demostrar que se da en un contexto donde fui asaltado violentamente para llevarse solamente mi celular, que se amenazó a líderes que se oponían; por razones ambientales; y se oponen al drenaje en Bahía Kino, es decir los hechos se dieron en medio de un contexto donde la resistencia y la represión fueron públicas.

Veremos que pasa; lo cierto que pase lo que pase, algunos funcionarios pasarán a la historia como vulgares represores que en su paso político cuestionaron esos métodos de su odiado Prian, el mismo al que hoy se parecen tanto.

Se pueden tragar su venganza, pero no olviden que se ensañaron con una joven mujer de 19 años y los verdugos fueron puros, puritos hombres; que se sepa los nombres y los apellidos.

César Del Pardo Escalante Hermosillo, 07/08/2021