En la calle “De la Quinta”, en la colonia La Galera, al sur de la ciudad de Chihuahua, reza esta leyenda con pintura a colores en una de las bardas de un domicilio privado, resaltando con ello uno de los más sentidos reclamos de la ciudadanía de esta capital: el total abandono que presenta esta área por parte de las autoridades y que se ha hecho patente a través de las vías de contacto de esta página editorial por parte de diversos habitantes de la misma.

Con independencia de las pretensiones electorales y sus preliminares campañas, -fechas exclusivas en donde es posible ver a los interesados en la zona-, el territorio sureño de la capital del Estado se ha caracterizado por la indiferencia de sus gobernantes, quienes no exhiben la misma prestancia para atender las demandas del sur de la ciudad como la que demuestran en otros espacios de la misma capital, como el norte, lugar donde viven las personas con mayores ingresos per cápita.


En una sociedad en donde la discriminación se combate con múltiples acciones legislativas que condenan tales acciones, y donde la comunidad se muestra cada vez más sensible a evitar estas conductas, tal parece que esto no representa un tema apremiante de la agenda del gobernador Javier Corral y de la alcaldesa, María Campos.


La indolencia demostrada es tal, que durante la presenta administración estatal y municipal, el recurso destinado a las obras ha sido descomunal y sin precedentes; para muestra, un par de botones:


En enero de 2018, El Gobierno Municipal a través de la Dirección de Obras Públicas, anunció que se había completado un 94 por ciento de avances en la construcción de la gaza ubicada en periférico De la Juventud y avenida Cantera, cuya inversión estatal y municipal alcanzó los 91 millones de pesos.


En mayo de 2019, El secretario de Hacienda, Arturo Fuentes Vélez y la alcaldesa de Chihuahua, María Eugenia Campos, presentaron proyectos de obras por 78 millones de pesos orientadas a la ampliación de gaza del Circuito Universitario y la construcción de cruce peatonal en la intersección con Hacienda Los Morales.


Recientemente, la construcción del puente en el periférico de la Juventud, frente a la Torre Cénit y Distrito Uno.


Estas áreas beneficiadas, curiosamente, pertenecen a uno de los emporios de la construcción que más favores han obtenidos durante esta administración, y cuyos miembros se encuentran encabezados por una de las familias más influyentes del ramo: los Elías Madero, de quienes no deja de cuestionarse la facilidad con la que acceden a diversos desarrollos inmobiliarios y de construcción, ninguno al sur de la ciudad, por cierto.


Pero no es que nada se haya hecho en materia de obra pública: las “turboglorietas” dan cuenta de ello como “emblemas” de un nuevo “urbanismo y cultura vial” en zonas en donde no han demostrado su eficacia y sí lo riesgoso de su construcción debido a la gran cantidad de incidentes vehiculares registrados en las mismas y cuyas acciones parecen remarcar las brechas distintivas que separan las “zonas de los ricos” de aquellas que no sólo no lo son, sino que concentran los mayores índices de pobreza y miseria, mostrando con ello el aparente desprecio de las administraciones estatal y municipal hacia quienes habitan estos espacios, lo que ha generado entre la ciudadanía la percepción de no ser una prioridad para la administración pública.


Frente a la falta de acciones en materia de obra pública al sur de la ciudad de Chihuahua, de cara al frívolo e indolente destino del mismo a una zona que ha sido atendida en forma inequitativa respecto a otras áreas de la capital, y debido a la riesgosa brecha social que pareciera subrayarse con estas acciones y omisiones por parte de la administración de Javier Corral y de María Campos, este Semáforo de Gobernanza y Justicia coloca su semáforo en color