“Cada foto de personaje o de familia ilustra, con ánimo irremplazable, las demandas de dignidad, cohesión familiar, respetabilidad, modestia que permanece en el sitio impuesto por otros, devoción por el contexto, certeza de los vínculos orgánicos con el paisaje. (Si una familia no es un paisaje de la respetabilidad no es nada.)”

Carlos Monsiváis, Maravillas que son, sombras que fueron, 2013

El lazo afectivo que la memoria establece con la fotografía familiar ha posibilitado la preservación de valiosas colecciones fotográficas. Aquellos momentos para recordar materializados en una imagen, no estaban exentos de que sus miembros expresaran en su ubicación y gestualidad, jerarquías y relaciones familiares íntimas que sobrepasaban las indicaciones del fotógrafo. Así, el horizonte del paisaje al que alude Monsiváis es evidente en la familia de Cerocahui, que afirmó su identidad y representó su descendencia reunida al cobijo de un árbol.

Fotografía
Familias Villalobos y Aguirre, Fotógrafo no Identificado, 1932. Colección “Reviviendo el Pasado”

Jorge Meléndez Fernández/Fototeca INAH Chihuahua
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