La advertencia de que ningún funcionario ganará más que el próximo presidente ha propiciado el retiro anticipado de altos funcionarios y dudas del personal de instituciones y dependencias.

Jubilaciones anticipadas, renuncias, despedidas, desánimo e incertidumbre predominan en instituciones del sector público.

Los movimientos e incertidumbre iniciaron cuando el presidente electo Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones, y días después informara a la prensa que como presidente ganará 108,000 pesos al mes - 40% menos de lo que percibe el actual presidente Enrique Peña Nieto - y que ningún funcionario público percibirá más que él.

“En general había calma, se veía difícil que el candidato López Obrador ganara, pero llegó el triunfo y con ello los movimientos de los mal llamados funcionarios de alto nivel, incluyendo los de los órganos autónomos como Banco de México, INE, Poder Judicial, entre otros”, comentó vía telefónica, un ex colaborador del banco central mexicano y que recurrió a la opción del retiro voluntario.

Apenas el pasado jueves 13 de septiembre, en la Cámara de Diputados se aprobó la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, la cual estipula que nadie ganará más que el presidente y cuya propuesta llegó al Congreso desde noviembre de 2011, un mes antes de la salida del entonces presidente Felipe Calderón, quien promulgó la reforma laboral.