En Guatemala, pobladores ingresaron a la llamada “zona cero”, lo más afectado tras la erupción del Volcán de Fuego, para buscar a sus familiares a pesar de lo inestable del suelo y las erupciones constantes.

Rosaura Esqueque, damnificada de la erupción, señala:

Busco a mis hijos, a mi esposo, a mi suegra, a mis cuñadas y a otros dos niños más de la familia”.

-¿En dónde se quedaron ellos?

Ellos se quedaron soterrados aquí en la casa, se quedaron aquí, en nuestro hogar se quedaron, no los encontramos, por eso tomé la decisión de venir yo personalmente”.

La desesperación y el dolor, ante la falta de respuestas, se han traducido en fuerza para buscar ellos mismos los restos de sus familiares. Sin el traje para resguardarse del calor que continúa emanando del suelo, sin instrumentos para romper techos ni paredes, solo con una mascarilla, esposos buscan a sus mujeres, mujeres a sus maridos, hijos a sus padres, padres a sus hijos. Todavía faltan 197 personas y están ahí en algún lugar debajo de la destructiva huella del volcán.

Rosaura Esqueque, damnificada, dice:

Yo sigo viniendo a este lugar, no me importa el peligro seño, yo tengo qué encontrar a mi familia. Yo la tengo qué encontrar, encontrar a mis hijos seño.Nunca pensé que mis hijos aquí se iban a quedar, Dios mío seño, yo no sé nada de ellos, no sé nada de ellos seño”.

A pesar de lo inestable del suelo y de las erupciones constantes que reporta el Volcán de Fuego, las operaciones de rescate continúan.

Rogelio Paz, familiar de damnificados, señala:

Lo que queremos es recuperar aunque sea los restos, para poder dar una cristiana sepultura. Nadie más está haciendo eso y quién más que ellos para reconocer dónde vivían y saber dónde podrían estar”.

La búsqueda dio frutos: tres cuerpos y algunos restos humanos fueron encontrados en una casa enterrada en material piroclástico.

Lo que sigue es la morgue temporal, en donde la tragedia se vive desde afuera mientras se continúan realizando los exámenes forenses para identificar los cuerpos.

Gerbert Hernández Ixpatá, familiar de desaparecidos, explica:

Hasta el momento tres cuerpos nos han entregado de un aproximado de 50 personas que están desaparecidas. Dónde está mi madre, mis hermanos, mi abuela, mis tíos, sobrinos y es mucha gente. No tengo palabras, no tengo palabras. Sólo Dios sabe lo que estamos sufriendo”.

Este es el común denominador de la mayoría de familias damnificadas en San Miguel, Los Lotes, que no sólo lo han perdido todo, sino que también viven a su suerte.

Fuente: noticieros.televisa.com