Para muchos, sus palabras tienen un peso distinto en su país, donde suelen ser interpretadas como intervenciones políticas.

El papa Francisco regresa el lunes por sexta vez a América Latina. Con su viaje a Chile y el Perú, el primer sumo pontífice latinoamericano habrá completado visitas a todos los países que rodean a Argentina, a excepción de Uruguay. Pero evita de nuevo su país natal, un gesto que genera interrogantes.

"Yo creo que Francisco tiene demasiados problemas para resolver en el mundo como para ser de alguna manera arrastrado al fango de la grieta argentina. Él sigue muy atentamente y por supuesto no va a dejar que Argentina empeore su situación, pero claramente trata de no ser un factor que genere división, oportunismo, secterismo", dijo Gustavo Vera, político, activista y allegado del papa Francisco.

En los países latinoamericanos que ha visitado, Francisco hizo llamados a la reconciliación, la paz y el diálogo. Pero para muchos observadores, sus palabras tienen un peso distinto en su país, donde suelen ser interpretadas como intervenciones políticas y flechazos contra las medidas neoliberales del gobierno de Mauricio Macri, como la polémica ley de pensiones.

"Seguramente tendrá sus motivos o conocerá muy bien la situación del país para no venir. Creo que es una especie de castigo para el gobierno de Macri, que se lo merece", dijo Julián, un jubilado.

"A pesar de que no estoy de acuerdo con políticas que tiene el gobierno actual, (el papa) debería de venir ya que es un jefe de Estado. El Vaticano es un Estado aparte, no está cumpliendo su rol por temas políticos, me parece", dijo Alejo, un estudiante.

En por lo menos cinco ocasiones oficiales, los obispos argentinos han invitado a Francisco a visitar su tierra. Pero eso no sucederá, al menos en 2018. (AFP).

Fuente: americatv.com