Se llevó a cabo el Foro sobre el Maltrato Infantil en el auditorio del Hospital Infantil de Especialidades, en donde diversas instituciones interesadas en combatir esta problemática, presentaron ponencias e investigaciones respecto a los diferentes tipos de violencia que envuelve a niños, niñas y adolescentes en el estado de Chihuahua.

Entre estas instituciones de carácter social, destacó la intervención de la Secretaría de Desarrollo Social a través de la participación de Rosina Uranga, directora de la Unidad de Atención Psicosocial, quien presentó la ponencia: “En la violencia de género no hay una sola víctima. Niños y niñas víctimas de la violencia de género contra sus madres”, en donde subrayó el carácter estructural de dicha problemática, puesto que la relación de pareja suele ser el tipo más común de violencia de género.

Rosina Uranga invitó a deconstruir el concepto de violencia familiar y violencia de pareja, y a entender que las violencias en la familia afectan mayormente a los miembros en situación de vulnerabilidad como mujeres, niños y niñas, personas mayores, personas con discapacidad, etcétera.

Con base en su experiencia en distintos espacios de terapia y en investigaciones de carácter psicosocial, presentó las diversas formas en que los niños y niñas son expuestos a situaciones de violencia en la relación parental.
Finalmente, expuso el abordaje que se está implementando en la Unidad de Atención Psicosocial, destacando que el objetivo de la misma es contribuir a la detección, prevención y atención a las violencias desde un enfoque particular que incluye, dentro de su marco a las perspectivas de género, psicosocial (incluyendo los derechos humanos), sistémica e intercultural.

La metodología de acción que guía a la Unidad, es a través del acompañamiento individual, familiar y comunitario, este último a través de grupos de reflexión y talleres, lo cual mueve a la reflexión crítica sobre la violencia y favorece su resignificación.

Estas acciones se efectúan en 28 centros y espacios comunitarios dentro de la Ciudad de Chihuahua y en diversas regiones del Estado, como Madera, Nicolás Bravo, Las Varas, El Tanque, Baborigame, Cordón de la Cruz y Mala Noche.

Finalmente acentuó la necesidad de atender el problema más allá de sus síntomas, esto a partir de un enfoque integral que ubique a la violencia de género como parte y producto de una violencia estructural, puesto que ésta última legitima y centraliza la violencia en grupos específicos de poder. Así, bajo esta “mirada ampliada”, el Estado debe intervenir para la creación de condiciones óptimas para que las personas puedan ejercer libremente sus derechos y responsabilidades.