La deficiencia de calcio y vitamina D por una mala alimentación, el consumo de tabaco, alcoholismo y llevar una vida sedentaria, son factores condicionantes de osteoporosis, enfermedad que afecta los huesos, caracterizada por la disminución de masa ósea que provoca el riesgo de fracturas en la edad madura tanto en hombres como en mujeres.

La osteoporosis es una enfermedad que se caracteriza por la disminución del tejido que lo forma (masa ósea), tanto de las proteínas que constituyen su estructura como de las sales minerales de calcio que contiene y como consecuencia de ello, el hueso se vuelve frágil, es menos resistente a los golpes y caídas -por lo tanto-, se rompe con relativa facilidad.

Lo anterior aumenta el riesgo en hombres y mujeres de fracturas después de los 45 años, pero más común después de los 60, expresó el doctor Roberto Quiroz Sáenz, epidemiólogo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en el contexto del Día Mundial contra la Osteoporosis, que se celebra este 20 de octubre.

Detalló que la osteoporosis no provoca síntomas y suele pasar desapercibida, por ello se le llama la epidemia silenciosa y las manifestaciones clínicas se observan a partir de complicaciones como las fracturas y/o quiebres de extremidades o cadera del que la padece.

Dicha afección es más frecuente en mujeres posmenopáusicas, debido a la disminución en la producción de estrógenos por los ovarios y otras carencias hormonales, sin embargo, existen múltiples causas de osteoporosis que se presentan a cualquier edad.

Las medidas preventivas que se pueden tomar son: practicar ejercicio físico y aporte extra de calcio antes y después de la menopausia favorecen el buen mantenimiento óseo, recomendó Quiroz Sáenz.

Se estima que una de cada tres mujeres y uno de cada 12 hombres mayores de 50 años, sufren de osteoporosis, lo cual provoca miles de fracturas anualmente en las personas y que muchas veces queden incapacitadas para moverse libremente.

La osteoporosis se diagnóstica mediante una prueba conocida como densitometría ósea, que mide la cantidad ósea del esqueleto; también se realizan pruebas básicas como historia clínica, bioquímica completa que incluya vales séricos como el calcio, fósforo, creatinina y electroforesis de proteínas en hierro.

El tratamiento se basa en recomendar una cantidad adecuada de calcio en la dieta, practicar ejercicio regularmente y del empleo de medicamentos que contribuyan al mantenimiento o aumento de la masa ósea, concluyó el galeno.

Finalmente, exhortó a la derechohabiencia del IMSS a que acudan a su Unidad de Medicina Familiar (UMF) de su adscripción, para su chequeo rutinario y con ello, poder detectar cualquier anormalidad y tratarla con oportunidad.