|
LA COLUMNA DE LUIS FROYLAN CASTAÑEDAPor LUIS FROYLAN CASTAÑEDA, 2025-11-13 23:28:22
No traicionaron sus principios, se han revelado como los oportunistas autoritarios que siempre fueron. No le fallaron al pueblo, hoy lo usan como antes lo usaron para satisfacer sus apetitos personales. No renegaron de la inclusión social, son los intolerantes de siempre No abandonaron la vida de austeridad, se volcaron sobre lujos y placeres que siempre añoraron. No cambiaron una vez alcanzado el poder, son los mismos corruptos y vulgares ambiciosos de siempre, con la diferencia de que hoy, en la borrachera del poder, tiraron la máscara mostrándose como siempre fueron. No me sorprende, en absoluto, la muralla de hierro tendida frente a Palacio Nacional ni las maniobras chapuceras, activar de paleros a maestros de la CNTE, para complicar las legítimas manifestaciones populares. En su discurso maniqueo de buenos contra malos las acciones de protesta son expresiones de la derecha, por tanto ilegítimas y merecedoras de la mayor descalificación. En su concepción de Estado totalitario no caben los reclamos sinceros, aquellos preocupados por visibilizar problemas específicos de un país que colapsa. No, desde que son gobierno sólo admiten expresiones sociales “autorizadas”, las que llenan al zócalo de acarreados dispuestos a bañarlos en loas compradas con dinero del contribuyente. Es el rostro grotesco de la peor izquierda, la que afianzó regímenes hambreando y esclavizando pueblos enteros. Atormentada y temerosa de que los mexicanos pierdan el miedo al ogro represor y despierten contra su gobierno, la Presidenta Sheinbaum se envolvió en el cinismo del escondido recuperando su fraseología polarizante. Hace unos días dijo que “sólo hay de dos: o regresar a la corrupción del pasado o seguir avanzando en la cuarta transformación de la vida pública en México y el pueblo quiere transformación. El pueblo quiere un gobierno que sirva”. Hablan de corrupción los mas grandes corruptos en la historia nacional. Hablan de servir al pueblo los que frenaron el desarrollo económico y endeudaron al país como nunca. Hablan de bienestar los que no compran medicinas, reducen el presupuesto a Educación y toleran extorsiones generalizadas. ¡Son gobierno y siguen hablando como si fuesen oposición!. ¿Un gobierno que sirva al pueblo? En serio, cómo podría servirlo con políticas destructivas y encerrada en su Palacio, desde donde lanzó el Plan Michoacán sin michoacanos y al que blinda contra manifestaciones populares sin pretensiones partidistas. La muralla que tendió es la muralla del miedo, el enorme pavor a que los mexicanos libres, en este caso los más jóvenes, enciendan un movimiento social que desestabilice su gobierno. Es el temor genético de los gobiernos autoritarios al deseo de libertad inherentes al ser humano. En su propaganda invocan al pueblo, en los hechos combaten toda expresión genuina. Claudia Sheinbaum es ahora mismo una Presidenta tan encerrada en su autoritarismo demagogo como encerrado tras vayas de hierro macizo está el Palacio donde habita. Su temor es que la principal herramienta de gobernabilidad, la maquinaria de propaganda, ha sido insuficiente y hasta torpe para recuperar el dominio de la agenda pública. Los ideólogos de la propaganda se esmeran de mil maneras desempolvando el pasado, haciendo burdos montajes, repitiendo insultos y no consiguen desactivar la indignación social. En su desesperación la Presidenta metió en la discusión los nombres de Fox y Fernández de Cevallos, ridiculizándolos con el concepto popular de “chavorrucos”, cuando su afán es reventar la marcha del sábado. ¿A cuántos de la generación Z les dicen algo los nombres de Fox y Diego? Ni saben que existen “esos señores” y al ver que la Presidenta los asocia con desconocidos, más se molestan. Recurren a cualquier forma de propaganda, en su perversidad no hay límites, porque son incapaces de la menor autocrítica. Para recordarles que son legítimas las manifestaciones, tengo que ir al origen: los abrazos y no balazos de López Obrador. Su política de proteger e incluso empoderar a los criminales alentó la impunidad y permitió que muerte y extorsión se generalizaran en Michoacán, así como en grandes franjas del territorio nacional. Carlos Manzo combatió con admirable valentía las consecuencias de los criminales abrazos y la indignación social de su cobarde asesinato es la que mueve a decenas de organizaciones, entre ellos a los jóvenes que marcharán el sábado en las principales ciudades del país. Entraron en pánico de sólo ver que los mexicanos libres empiezan a despertar y se levantan. La Presidenta intenta reventar las expresiones de indignación ciudadana e incluso prefiere tragar el descrédito personal con tal de proteger al causante mayor de la inseguridad que nos ahoga. Si ya decidió subordinar los intereses de México a la megalomanía de López Obrador, aguante los reclamos del hartazgo. Destruyen al país y quieren que les aplaudan, mira que bonitos. Rompeolas Otro que está lleno de temor es el impresentable gobernador de los dos hígados, uno le resulta insuficiente para albergar tanto rencor. Javier Corral muere de miedo pero no por las marchas que le son indiferentes, sino por la posibilidad de que le quiten el fuero y sea llevado a prisión. Desesperado, litiga por que la PGR atraiga su caso penal, queriendo retorcer la Justicia federal como retorció la de Chihuahua. Sólo podrá lograrlo si el Tribunal Colegiado que conoce el caso atropella los intereses de Chihuahua, debe ser juzgado aquí, donde cometió el desfalco.
|
Sitio desarrollado por Exosfera.com |