"Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará" Proverbios 24:3-4. Nadie puede negar el turbión que prevalece en la patria; nadie puede negar que nuestra tierra clama paz; nadie. La situación del país es grave, muy grave; la deuda externa, sigue siendo la espada de Damocles, la tasa de desempleo nacional de 3.46% de febrero 2017 es la más baja desde mayo 2006, cuando llegó a 3.15%.

El país solo cultiva el 1.28 % de la tierra fértil, de tal forma que el agro solo contribuye al 3.7 % del PIB; por otro lado la quinta parte del país esta concesionada al sector minero, en este año se han expedido 32 mil permisos en una área de 32 mil hectáreas que equivale al 20% del territorio nacional. En Colima se tiene concesionado 255 mil hectáreas, que viene siendo el 44% de todo el estado, mientras que el narco ocupa el 10% del PIB. El coeficiente de Gini es de 0.46%, en el decil el 10% de los hogares mas ricos concentran la mitad del ingreso nacional mientras el 90% se debate entre la otra parte y dentro de la misma hay 24% que esta prácticamente muriendo de hambre; escalofriante realidad. Mucho mas de la mitad del territorio esta en función de los intereses de una economía enclave. Es decir completamente dependiente y a merced de as transnacionales; que los apologistas justifican con cánticos y salmos del mal. Los agravios; varios y acumulados; se incrementaron de tal forma que los logros históricos de mas de 200 años bastaron tres décadas para menguarlos hasta la saciedad; adiós al ejido, a la educación gratuita, al subsuelo y al sobresuelo, al aire, al agua. La entrega de la riqueza material de la patria tendría que ver ido de la mano con la impunidad, la corrupción, la violencia y la entrega de la soberanía; el turbión no cesara sino hay bases pétreas, inamovibles, como debe ser el irrenunciable derecho a la defensa la nación, cuyo actor principal debe ser el soberano. Nos han querido robar el sentimiento inmerso de patria, y nos quieren robar hasta las historias cotidianas, desde testigos de nuestros nacimientos, los sepulcros de nuestros seres amados hasta nuestros primeros amores de adolescencia; todo lo que nos recuerda un deber. Los últimos tres sexenios se han encargado de romper hasta el tejido social, miles de viejos barrios desaparecieron, la geofagia se encargo de sacarlos de sus moradas y concentrar la tierra, no dando espacio al buen vivir sino priorizando la ganancia a costa de la incertidumbre; hoy 5 millones de viviendas abandonadas están burlonas mientras millones de familias mexicanas no tiene la certeza de un hogar ¿Y el Infonavit? El daño ecológico y social que a ocasionado la especulación tiene al borde del estallido a grandes sectores de la población; la locomotora que deprenda cada área en pro la de la ganancia, es ese asesino metafísico que nos roba sueños, esperanzas, amores limpios, sonrisas de niños y ancianos, de madres y padres. Pensaran que ya todo esta escrito pero no; la indignación se extiende por todo el territorio nacional y aquí nadie se amilana, estamos llenos de moral, de moral de combate; así recorremos el país entero y no vamos a regresar hasta que "Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará". No mas viviendas abandonadas. César del Pardo Escalante