En días pasados el periodista Carlos Loret de Mola entrevistó al gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez. Los minutos en horario estelar fueron para cuestionar, sin piedad, el monto y el origen de la fortuna personal del mandatario. Duarte aceptó poseer cien millones de pesos.

La entrevista no fue distinta a la que hace unas semanas hizo la nueva conductora estelar del noticiario nocturno de Televisa, Denise Maerker, al mismo político. Contundente, directa y sin rubores. Puedo decir que me gusta mucho ese estilo de cuestionar a un gobernante, pero me encantaría que la enjundia y la pasión que le imprimen estos periodistas incluyera al presidente de la república, a sus secretarios del gabinete, a los coordinadores parlamentarios, a los empresarios dueños del gran capital, a los banqueros, a ministros de la suprema corte, en fin, a los que todos queremos ver en ese sillón de las entrevistas duras. Antes de continuar aclaro a mis estimados lectores que no soy fan de esa televisora; de hecho hago referencia exclusivamente de las dos entrevistas al gobernador de Chihuahua porque me resulta de interés, toda vez que somos vecinos del mismo estado. Por lo demás, sigo creyendo, como desde hace muchísimos años, que los contenidos de Televisa y Tv Azteca apendejan. Retomo el Hilo. El kid del asunto es el presunto enriquecimiento ilícito del gobernador chihuahuense, al que muchos de sus detractores, incluyendo los de su mismo partido, aseguran que se hizo de una gran cantidad de inmuebles gracias al uso indebido de sus funciones. Vaya, hasta beneficiarios de la ubre gubernamental que se atascaron en estos últimos seis años mejor que en la bonanza petrolera, dan por cierto los hechos que se le imputan a César Duarte. Carlos Loret, al igual que Denise Maerker, enderezaron los cuestionamientos hacia el brutal endeudamiento de las finanzas públicas, la sociedad con Unión Progreso y la adquisición de varios ranchos, farmacias, gasolineras y del hotel Soberano, uno de los más importantes y lujosos del estado. Lo del endeudamiento no tiene vuelta de hoja, es muy evidente. Para alivio de todos los chihuahuenses e interesados, la próxima legislatura local que toma protesta a finales de septiembre, descansa su mayoría en el PAN, por lo que no habrá ningún problema para conocer, posterior a las auditorias respectivas, el destino de eso miles de millones de pesos que se pidieron prestados. El uso indebido de funciones para favorecer a la Unión crediticia Progreso, de la que el mandatario y el secretario de Hacienda estatal son fiduciarios, lo resolverá la PGR, cuya titular goza de la confianza del gobernador elector, Javier Corral. Con respecto a la fortuna de cien millones de pesos que Duarte reconoce poseer, resulta subjetivo presumir que es mal habida. Lo explico, el gobernador antes de ostentar este cargo, fue diputado federal dos veces, diputado local y presidente de la mesa directiva de la cámara baja. Como lo he detallado en otras colaboraciones y refiriendo el dicho del actual coordinador de los diputados federales del PRI, César Camacho, que presume relojes de 800 mil pesos, acepta que la política paga bien, da para eso y más. Hoy día, un senador se mete a la bolsa no menos de 21 millones de pesos por un six de años de servicio a la nación. Diputado federal 9 millones en tres años; diputado local 6 millones en tres años, esto sin contar las prebendas que pueden elevar al doble o triple los ingresos de los legisladores de la plebe, porque ser coordinador parlamentario, presidente de comisión o de la mesa directiva, estamos hablando de oooootro rollo. Ser gobernador o presidente de la república, el cielo es el límite. Ahora bien, Duarte, el de Chihuahua, sostiene que fue el mejor lotero de Ciudad Juárez por diez años. Puede ser, mucha gente se dedica a eso y les va bien. Si el señor pagó o no los respectivos impuestos, bueno, la SHCP tendría que revisar si lo hizo, y si no, pues checar la prescripción del delito fiscal. El gobernador añade que heredó de su padre, junto a sus hermanos, un rancho y varios potreros. Y no hay que olvidar que también ha sido constructor en Parral, Chihuahua. Hace algunos años, como consecuencia de una de las inundaciones más terribles que haya sufrido la “capital de mundo”, César Duarte fue criticado por los daños que sufrieron algunas viviendas construidas por su empresa, se quejaban que tenían vicios ocultos. En lo que respecta a la adquisición de ranchos, farmacias, gasolineras, del hotel Soberano y de los pagos millonarios en dólares a colaboradores cercanos y a su cónyuge, me parece muy sencillo echarse un clavado en el registro público de la propiedad para verificar qué inmuebles y empresas han cambiado de propietario en este sexenio y pasado al patrimonio de Duarte Jáquez. De igual manera, es imperativo consultar con las autoridades judiciales norteamericanas si existen expedientes abiertos por los millonarios depósitos que presuntamente se hicieron al otro lado de la frontera en favor de amigos y familiares, del 2010 a la fecha. Esto es muy importante para disipar dudas y sacarlo de las leyendas urbanas. Lo que sí es muy claro es el monto de la deuda pública de Chihuahua, que es enorme; lo es también la deuda pública federal. Este dato intuye que puede existir desvío de recursos, pero hay que probarlo, para eso están los diputados federales que a través de la Auditoría Superior de la Federación, pueden escudriñar y conocer el destino de miles de millones de pesos, Mientras no sea así, ocupa espacio en la especulación. Pero lo que no debemos soslayar es que el priismo se encuentra sumido en el descrédito por la corrupción, que lo orilla a dar la apariencia de combatir este cáncer social. Tampoco podemos echar en saco roto el interés que tiene Televisa, sobre todo en estos tiempos de vacas flacas para sus finanzas, de rescatar de los nuevos gobernadores que entrarán en funciones, parte de los más de mil millones de pesos anuales que dejará de facturar por concepto de publicidad. Se especuló que durante el gobierno de Edomex de Enrique Peña Nieto, se destinaron 5 mil millones de pesos en publicidad que engordaron las chequeras de Emilio Ázcarraga Jaen, lo que convierte a la televisora en parte interesada. De todo lo anterior, me quedo con la esperanza de que las circunstancias actuales obliguen a los gobernadores electos y a sus colaboradores más cercanos, a hacer público sus bienes y fortunas personales. No importa que Vicente Fox haya dicho que la pinche Ley 3de3 es una mamada; la verdad es que las nuevas autoridades nos harían un gran favor a los ciudadanos para creerles que son distintos, puros y castos. Por: Manuel Narváez Narváez Email: [email protected]